Cerro San Javier
| Por Tucuman Turismo
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Desde las sierras de San Javier se puede tener una vista panorámica de toda la ciudad de San Miguel de Tucumán, a tan sólo 25 kilómetros de distancia. Esta pequeña campiña serrana de ondulantes lomadas cubiertas de un verde tapiz, cuenta con numerosas residencias de veraneo y encierra uno de los paisajes más característicos de la provincia.
Un imperdible es la monumental estatua del Cristo Bendicente, obra de Juan Carlos Iramain, que con sus 28 metros de altura, se eleva entre los cerros y constituye un sello distintivo de los tucumanos. La nueva obra en torno al Cristo Bendicente despliega una serie de nuevas oportunidades de aprovechar los atractivos del lugar. Nuevos miradores, merenderos, locales comerciales, estacionamiento, un anfiteatro natural, el nuevo espectáculo de mapping “Imagen, luz y sonido” y la pronta inauguración de un restaurante, son algunas de las renovadas propuestas que San Javier tiene para el turista.
La temperatura es muy agradable durante todo el año, sobre todo en verano debido a que se transforma en un oasis en relación con las altas temperaturas existentes algunos kilómetros "abajo" en San Miguel de Tucumán. En invierno, se dan esporádicas nevadas.
Sobre la dorsal de la sierra, cerca de Yerba Buena, se encuentra la villa veraniega de San Javier, a unos 1200 m s. n. m. Allí se alza el Cristo Bendicente, una escultura de 28 m de altura y 135,8 tn de peso, realizada por el artista tucumano Juan Carlos Iramain, e inaugurada en 1942, año de fundación de la Villa. Debido a su tamaño, se puede apreciar desde la ciudad.
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